El inicio del Mundial de Francia se avecina y nosotros te proponemos hacer un repaso por las campañas argentinas mundialistas, muchas de las cuales tuvieron como protagonistas a varias Gladiadoras. En nuestra primera edición, veremos de cerca la actuación del plantel que en 1971 viajara a México para disputar el segundo Campeonato Mundial Femenino.
La primera edición de un torneo de selecciones femenino se llevó a cabo en 1970, en Italia. Pese a no poseer carácter oficial, se considera dicha competencia como la pionera en materia de mundiales. Patrocinada por Martini & Rossi, el certamen se disputó en Roma y tuvo como vencedor a Dinamarca (una de las siete selecciones participantes) que derrotó al anfitrión en la final.
Al año siguiente, una nueva edición «no oficial» se desarrolló en México, y es aquí donde entra en escena el conjunto argentino. Nuevamente sponsoreada por Martini & Rossi, la copa contó con seis seleccionados nacionales: Argentina, Inglaterra, Dinamarca, Francia, Italia y, lógicamente, el país organizador. Dichos equipos fueron divididos en dos grupos de tres integrantes cada uno, clasificándose los dos primeros a semifinales.
En ese escenario, la selección argentina (que no contaba con indumentaria propia ni cuerpo técnico) fue ubicada en el Grupo 1 junto a México e Inglaterra, y el debut no fue el soñado: derrota ante el local por tres a uno (gol de Zunilda Cardoso para las argentinas) en el Estadio Azteca con un polémico arbitraje que pretendía situar a las mexicanas en la final. Aún así, se estima que Argentina jugó ante 110 mil espectadores, algo único incluso a día de hoy.
Sin embargo, la historia no concluyó ahí; seis días más tarde (21 de agosto) fue el momento de enfrentar al segundo rival de grupo: Inglaterra. Esta vez, el desenlace fue distinto. Dirigidas por Norberto Rozas (ex futbolista argentino que se ofreció a realizar dicha tarea), las Albicelestes derrotaron por goleada al equipo británico (4-1), nuevamente con un estadio repleto: 80 mil espectadores fueron testigos de la paliza futbolística que otorgó a Argentina su pasaje a semifinales y, sobre todo, a la historia grande del fútbol nacional.
El relato cuenta que Dinamarca -campeón defensor y, a la postre, bicampeón- fue demasiado oponente para una selección argentina que cayó por cinco a cero (5-0) en una de las semifinales. Sin embargo, aquellas jugadoras fueron pioneras de algo aún más grande y significaron una piedra fundamental en la construcción de un fútbol femenino que, si hoy tiene un lugar en la mesa grande, es gracias a ellas.
