A 15 años de la gran hazaña: Argentina campeón de América
El fútbol femenino está dando pasos importantes en el país. Desde la profesionalización de la liga en 2019, la firma de contratos a jugadoras y la participación de la selección en el último mundial, donde consiguió sus primeros puntos en la historia de la competencia, la popularidad y el reconocimiento hacia la disciplina van en constante aumento. A pesar de todo esto, queda mucho por conseguir.
Por ejemplo, la firma de más contratos para lograr la igualdad de condiciones, o una mayor y mejor divulgación de los torneos, tanto en la televisación como en sitios de fútbol online. Si bien estos grandes avances se consiguieron en los últimos cuatro años, no se puede dejar atrás la historia que el fútbol femenino argentino ostenta. Este recorrido es testigo de grandes logros a pulmón y con el esfuerzo de las jugadoras albicelestes quienes, hace casi 15 años, consiguieron subirse a la cima de América.
¿Cómo llegaban?
La popularidad del fútbol femenino en Argentina estalló en los últimos años, gracias a la lucha de jugadoras como Maca Sánchez. Remontarse al 2006 parece una eternidad. Sin embargo, en la mayor parte del mundo, las ligas femeninas comenzaron entre finales de la década del ’80 y principios de la siguiente.
Incluso la competición local, aunque recién el torneo pasado fue el primero en disputarse de forma profesional, consagrando a Las Gladiadoras de Boca Juniors como primer campeón en esta era. El campeonato se disputa desde 1991, al igual que el primer Mundial, en el ámbito de las selecciones nacionales. Ese mismo año tuvo lugar la primera Copa América Femenina, sin embargo solo participaron tres países. Tanto el campeón como el anfitrión fue Brasil.
Luego llegaron los torneos de 1995 y 1998, donde la albiceleste participó y consiguió un segundo lugar, detrás de la verdeamarela, gran animadora del deporte en la región. La Copa del 2003 se definió con una fase final de grupo entre Argentina, Brasil, Colombia y Perú. La selección local, otra vez, estuvo muy cerca: quedó como subcampeona, tras perder 3 a 2 con las brasileras, en un parejo encuentro definitorio.
Fin del monopolio
Y así llegó el 2006, que marcaría un hito en la historia de la competición. Disputada en Mar del Plata, la Copa contó con la participación de diez selecciones, divididas en dos grupos. Nuevamente, la fase final encontró a Argentina y Brasil como principales candidatos y protagonistas. Pero, en esta ocasión, el resultado fue distinto.
El 26 de noviembre se enfrentaban en el último partido, el cual la albiceleste estaba obligada a ganar, ya que contaba con cuatros puntos, mientras que las brasileñas con seis. Tras un primer tiempo más favorable a las visitantes, en el complemento las argentinas salieron de igual a igual frente al seleccionado más poderoso de la región, que venía de obtener la medalla de plata en Atenas 2004.
De esta manera, en una ráfaga de goles protagonizados por Eva González, de tiro libre a los 66 minutos, y una joven Belén Potassa, figura del torneo con 17 años, a los 68, sucedió el batacazo: 2 a 0 y primer título para la albiceleste. Además, gracias a ese resultado, consiguió la clasificación a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y al Mundial de China 2007.
Pero, lo más importante, el prestigio de un seleccionado invisibilizado que, muy lejos de la profesionalización y los logros actuales, consiguió quitarle a Brasil el monopolio de los campeonatos, con un esfuerzo admirable de sus jugadoras. Pronto se cumplirán 15 años de esa gran hazaña, la cual merece ser recordada en un contexto de favorables avances para el deporte en el país. Más aún teniendo en cuenta que aquel torneo sigue siendo la única Copa América ganada por otra selección que no sea la verdeamarela.