Gladiadoras en la campaña de la nueva indumentaria
Las gladiadoras Gómez Ares y Bravo fueron protagonistas de la campaña gráfica de la indumentaria de Boca.
Fue noticia en todos lados y así tenía que ser: las Gladiadoras Camila Gómez Ares y Ruth Bravo, que ahora partió al Tacón de España, protagonizaron la campaña de Nike de la nueva indumentaria de Boca Juniors.
Durante mucho tiempo pedimos este tipo de protagonismo y dijimos que Boca tenía que ser pionero y marcar la diferencia. En la actualidad, el mundo del fútbol divide las presentaciones y promociones de indumentaria entre aquellas hechas con modelos y aquellas hechas con los verdaderos protagonistas: los hombres y las mujeres deportistas.
En esta oportunidad, además de las mencionadas jugadoras de Boca, también dos jugadores de inferiores estuvieron presentes: Alexander Fernández y Maximiliano Rolón. La empresa también realizó una campaña con modelos y una cosa no es excluyente de la otra. No obstante, no se nos ocurre quién podría vender mejor una camiseta que un deportista que la transpira fin de semana tras fin de semana.
No vamos a descubrir América diciendo que todo aún está muy atrasado en materia de igualdad en nuestro país y en el mundo, pero si hay un ámbito en que particularmente lo vemos con claridad es en el fútbol, es por eso que consideramos que esta campaña es un avance. Las Gladiadoras cada vez ganan más adeptos y más respeto por parte del hincha, pero es un trabajo pasito a paso. Entonces, cuando una marca tan importante como la marca de indumentaria que viste al club decide incorporar a nuestras jugadoras en su campaña, nos parece que es algo para destacar. Sin embargo, no nos conformamos, y seguiremos pidiendo y exigiendo porque queremos que esto sea apenas el comienzo. También, esta misma empresa ya patrocina a varias jugadoras que son atletas de la marca.
En un momento en el que el fútbol femenino en el país aún no genera ingresos es fundamental el apoyo a la disciplina y a las jugadoras. Y por apoyo hablamos de todo tipo de apoyo, pero principalmente del apoyo económico. Porque, como decíamos, la disciplina aún no genera dividendos para los clubes, pero peor aún, no genera un salario para las jugadoras, porque la actividad es amateur.
Pero a no confundirse: en el mundo, el fútbol femenino sí está siendo un negocio. Y esto dicho en el mejor de los sentidos. El fútbol femenino crece y es el futuro. No está para reemplazar a nada ni a nadie, está para complementar, para que las mujeres tengan un deporte más al que jugar y para dedicarse a ello si es que así lo desean.
De todos nosotros depende que nuestro país tan futbolero no se quede atrás: depende principalmente de los dirigentes, a nivel nacional y a nivel de los clubes, y también depende de las deportistas, depende de los periodistas depende de las marcas que inviertan y depende del apoyo del hincha también.
No nos quedemos afuera de la revolución del fútbol.