Es un placer estar aquí. No es la primera vez que estoy en Latinoamérica. Me encanta el continente. Había visitado Buenos Aires como turista, y es una ciudad fantástica, como lo es Argentina como país. A pesar de la distancia, tenemos mucho en común entre Europa y Argentina. También habían daneses que emigraron a Argentina, y muchos de sus descendientes se sienten daneses hoy en día.
Es debido al desarrollo político del estado danés. No hay que olvidar que Dinamarca a fines de 1800 era un país con mucha pobreza y con una necesidad de definirse para el futuro. Somos un país pequeño, y a través de la cooperación doméstica e internacional logramos desarrollar nuestro país. Esto de siempre cooperar es parte de nuestra identidad y ha contribuido a nuestros logros sociales, económicos y políticos como al hecho que somos el país del mundo con menos corrupción. Otro aspecto sumamente importante para nuestro desarrollo es la confianza. Estamos entre los países en los que hay más confianza uno al otro y también en nuestro sistema política.
Comenzó más que nada con el derecho a votar de las mujeres en 1915. No fuimos los primeros, pero entre los primeros. Todavía hay mucho para hacer, por ejemplo existe todavía trabajos en donde no hay paridad en salarios, en las juntas directivas todavía hay más hombres que mujeres, también en los cargos políticos. Sin embargo yo no paso por mi vida diaria pensando que por ser mujer yo tengo menos posibilidades que mis colegas masculinos en el ministerio. A las niñas les enseñamos en Dinamarca a que tienen los mismos derechos y las mismas posibilidades que los hombres. En las universidades hay la misma cantidad de mujeres que hombres. En muchos cargos públicos hay igualdad. Yo viví los años 70. He visto la lucha de las feministas de esa época. Muchos se reían de ellas, pero creo que las mujeres de hoy tenemos que pensar con agradecimiento de los esfuerzos de nuestras hermanas en los años 70.
En muchos sentidos sí. Tienen Vicepresidenta mujer, tuvieron una Presidenta mujer. Hay ministras. Muchos de mis interlocutores son mujeres. Esto de la igualdad siempre hay que trabajarlo. Y la violencia doméstica es un tema grave que muestra la falta de igualdad todavía. Yo no puedo decir que en Dinamarca no hay violencia doméstica, porque si la hay, sin embargo tenemos pocos femicidios. Es importante establecer una cultura sin violencia, donde tampoco se pega a los niños. Hay que continuar con este proceso, que ya está en camino en Argentina, que es un país con mucha igualdad. Y es necesario decir basta a la violencia.
Con respecto a la igualdad en el deporte hay que romper el prejuicio contra las mujeres que no sean “femeninas” por ejemplo cuando juegan al fútbol. Por televisión o en las revistas se interesan continuamente por el aspecto físico de las mujeres. Tenemos que demostrar que nuestra identidad no se trata solo de tener un aspecto bonito, sino de la persona completa. Y es imposible prestar lo máximo si a la vez hay que pensar en su apariencia.
El evento fue la promoción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Dinamarca tiene una campaña para promover los Objetivos y lo hacemos en todo el mundo. Funciona muy bien, porque el fútbol es algo que todos entendemos. No todos saben lo que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero todos deberíamos interesarnos porque nos afecta a todos. La visita de Nikolaj Coster-Waldau fue ideal para hacer este evento porque es embajador de buena voluntad de las Naciones Unidas y además es fanático del fútbol. Pensamos que sería una combinación perfecta, porque Boca también tiene sus campañas sociales. Todo salió exitoso. La campaña se distribuyó a mucha gente a través de las cuentas en las redes sociales de Coster-Waldau y de Boca masculino y femenino. Para mí fue realmente una alegría ver a las jugadoras femeninas que estuvieron en la cancha, porque hicieron una impresión muy fuerte. Nos dieron sugerencias para utilizar la pelota y para seguir con esta cooperación. Son muy fuertes las chicas, lo cual me impresionó y me gustó mucho. Nos gustaría continuar con la cooperación.
Cabe destacar que la pelota de los Objetivos es más pequeña que la pelota tradicional. Siempre se escucha “es tan aburrido el fútbol femenino…”. Si las mujeres pudieran jugar con una pelota más acorde a su tamaño, facilitaría sus partidos. La pelota muestra también que en la vida cotidiana las mujeres encuentran obstáculos no bien reconocidos.
Muchas personas no piensan que tienen un bias negativo (sesgo negativo) hacia las mujeres. También algo muy tradicional es que las mujeres solo piensan que podrían lograr algo si dan el 120%, mientras que los hombres dicen “yo puedo hacer esto”. Hay que dar a las mujeres y a las niñas la seguridad de que sí se puede. Un amigo mío tuiteó: ‘Le diré a mi hija que lo mejor que puede ponerse es la confianza en sí misma’. El evento se trató de esto, promover los objetivos, en especial el de la igualdad de género. Por eso, arreglamos con Boca que estuviera el equipo femenino.
En Dinamarca incluimos a las mujeres en el deporte desde el comienzo del siglo XX. En primer lugar se marcaron en gimnasia, y en los años 30 y 40 tuvimos nadadoras famosas ganando medallas internacionales, y hoy tenemos una diversidad amplia. El fútbol es dominado por los hombres, pero mis niñas, como muchas otras, han jugado al fútbol en el colegio. Recordamos que Dinamarca acaba de obtener el subcampeonato en la Eurocopa Femenina. Es importante que la educación física esté en los colegios. Hay que enseñar a los niños y niñas que el deporte debe ser parte de sus vidas. No necesariamente de manera intensiva: también ir al colegio o al trabajo en bicicleta es buen ejercicio.
En Dinamarca el deporte es una parte social importante y todos entienden la importancia de moverse. Por ejemplo, tenemos muchas instalaciones deportivas públicas que muchos usan. Estas instalaciones se construyen con apoyo del estado y de la municipalidad. Los daneses usamos también mucho la bicicleta –no importa el tiempo que hace– y es parte de nuestra vida y cultura.
Al nivel elite tenemos un programa para fomentar a los talentos que se llama Team Denmark (Equipo Dinamarca) para jóvenes talentosos para asegurar que haya posibilidades para estudiar y practicar deporte elite al mismo tiempo. Tienen la opción de cursar la escuela secundaria en cuatro años en lugar de tres para poder hacer al mismo tiempo su deporte y sin dejar su educación que les sirva después de su carrera deportiva.
Somos un país pequeño, de 5 millones de habitantes, pero por ejemplo en los JJOO de Río ganamos 15 medallas que en comparación por la proporción de habitantes nos puso en el 5.º lugar. Este también fue el mejor juego olímpico en 70 años para nosotros. Fue un poco de suerte también. Pero lo que no es suerte es que nos hemos dedicado al deporte y a los talentos extraordinarios.
Pasé mi infancia y juventud haciendo una cantidad de deportes. Al fútbol no jugué nunca, pero sí al handball, hice equitación, natación, gimnasia, trampolín, ballet y ballet jazz. Y siempre me transportaba en bicicleta. Aquí tengo poco tiempo para deportes, sin embargo salgo a correr los fines de semanas, y también camino mucho.
Los daneses participan en muchos torneos y a los jóvenes les interesa viajar y conocer nuevos países. Esto de intercambiarse con el mundo pensamos que es ideal. La dificultad en cuanto a Argentina es la distancia. Por el momento no conozco planes actuales para hacer un intercambio, pero podría ser sumamente interesante.